Kale, una variedad de col rizada que se ha convertido en el vegetal por excelencia en la nueva gastronomía saludable, gracias a sus múltiples posibilidades en la cocina y a su gran capacidad nutritiva.
Todas y cada una de sus hojas poseen una abrumadora concentración de vitaminas y es una de las verduras más ricas en hierro.

Pertenece a la subfamilia de las coles Brasica oleracea, de hojas verdes y carnosas, al igual que el brócoli, la coliflor y las coles de Bruselas. Se recoge durante los meses de invierno, ya que el clima frío mejora su calidad.
Variedades de col kale
- Curly kale: de color verde y con hojas rizadas, es la variedad más conocida. Se caracteriza en tener un paladar dulce y suave, y es la más utilizada para preparar los famosos kale chips.
- Lacinato kale: las hojas son estrechas, altas y de textura rugosa, con una forma que recuerda a la de las acelgas, pero mucho más gruesas. Su color es verde oscuro, a veces un poco azulado.
- Redbord kale: es un poco más dura que la primera y llaman la atención sus hojas de tonalidad lila.
En la cocina…
Para que se conserve mejor hay que limpiar bien las hojas, escurrirlas en una centrifugadora de lechugas y conservarlas en un recipiente hermético.
- Zumos détox: resulta ideal para elaborar un zumo nutritivo y alcalinizante que nos permita empezar el día con energía. Lo podemos combinar al gusto con otros vegetales. El más típico es el que además de la col, contiene apio, pimiento y manzana.
- Chips crujientes: las hojas de curly kale son ideales porque como tienen poca agua se deshidratan con más facilidad. Para prepararlas, coloca las hojas en una bandeja de horno, riégalas con aceite de oliva y hornéalas unos minutos a 180ºC.
- Ensaladas y salteados: un buen consejo es macerar antes las hojas. Por ejemplo, si las dejamos en vinagreta durante unos minutos se rompe la dureza y quedan espectaculares. También son ideales para salteados cortos con otras verduras, o simplemente bien fritas.
- Guisos y sopas: en este caso es ideal la variedad lacinato kale, ya que en crudo resulta muy dura al paladar. Hay que cocinarla como cualquier verdura de hoja, como las espinacas o las acelgas. Lo recomendado es añadir sal, para que no se pierda la clorofila, y no guisarla cómo máximo 5 minutos.
- Salsas: las hojas escaldadas y enfriadas son excelentes para elaborar salsas tipo pesto y acompañar arroces o pastas. Así, salteadas con un poco de ajo, quedan excepcionales para servir con carnes, y con aceite de coco son la mejor guarnición de cualquier pescado.