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Tu alimentación puede influir mucho en tu salud intestinal y en tu calidad de vida. Si sufres de problemas digestivos, como molestias, dolor, inflamación, gases, diarrea o estreñimiento, puede ser a causa de intolerancias alimentarias o sensibilidades a ciertos alimentos.
Se estima que hasta el 70% de la población puede tener alguna sensibilidad o intolerancia alimentaria. Es cierto que hay intolerancias muy diversas, pero la mayoría de ellas tienen como origen una disbiosis intestinal. Este desequilibrio en la microbiota puede afectar a la función y a la interacción de sus microorganismos con el intestino y el resto del cuerpo, y esto puede acabar generando muchas alteraciones gastrointestinales, como intolerancias alimentarias y sensibilidades.
Cuando existe disbiosis intestinal se produce un desequilibrio en la capacidad del sistema digestivo para procesar ciertos alimentos. Esto puede conducir a la aparición de intolerancias alimentarias, ya que el organismo no es capaz de digerir y absorber adecuadamente ciertos nutrientes, lo cual desencadena una respuesta negativa. Hay varios motivos por los cuales pueden desarrollarse estas reacciones adversas y sus síntomas:
El intestino tiene una capa protectora conocida como barrera intestinal, la cual tiene como función principal regular la absorción de nutrientes y evitar el paso de sustancias nocivas hacia el torrente sanguíneo. Cuando hay disbiosis, esta barrera puede volverse permeable, permitiendo que moléculas no digeridas o sustancias extrañas pasen al torrente sanguíneo, lo que desencadena la respuesta negativa del sistema inmunitario y genera intolerancias alimentarias.
Cuando hay una alteración en la microbiota intestinal, puede darse una producción excesiva de gases por parte de las bacterias intestinales que puede dar lugar a síntomas como distensión abdominal, flatulencia e incluso dolor o molestias estomacales, característicos de las intolerancias alimentarias.
Además, la disbiosis intestinal puede afectar a la producción y liberación de enzimas digestivas y alterar la digestión de ciertos alimentos.
Las intolerancias alimentarias pueden mejorar o desaparecer con el tiempo, si se sigue una dieta adecuada y se trata la causa subyacente.
Los complementos enzimáticos y los probióticos pueden ayudan a combatir las intolerancias alimentarias. En este sentido, los complementos de enzimas digestivas son muy populares, ya que pueden aliviar los síntomas asociados a la deficiencia o alteración de las enzimas. Recomendamos tomarlos unos 10 o 15 minutos antes de cada comida para que las enzimas tengan tiempo suficiente para mezclarse con los alimentos y comenzar a descomponerlos.
De esta forma, ayudan a paliar el déficit de enzimas digestivas relacionadas con las intolerancias alimenticias, las hipersensibilidades a gluten, caseína u otras proteínas, la digestión de las grasas y la descomposición de antinutrientes presentes en cereales, frutos secos, semillas o legumbres.
Las enzimas digestivas son el complemento perfecto para la dieta baja en síndrome del intestino irritable (SII), y de apoyo en casos como úlceras digestivas, gastritis, hiperclorhidria o por uso habitual de protectores gástricos.
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Texto: Regenera
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