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Según el informe Directo a tus hormonas. Residuos de plaguicidas en los alimentos españoles (edición 2024), el tomate encabeza la lista de alimentos con mayor presencia de plaguicidas en el año 2022. La lechuga les sigue en segunda posición y las mandarinas, en tercera.
El estudio, realizado por la Confederación de Grupos Ecologistas en Acción, analiza datos de 2022 de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) sobre residuos de plaguicidas en alimentos a la venta en España.
El informe revela que, después de analizar 1.743 muestras, el 36% contenían residuos de uno o más de los 106 plaguicidas detectados. Este porcentaje asciende al 43% cuando se consideran únicamente frutas y vegetales.
Según el análisis, los tomates son el alimento con más plaguicidas, con un total de 31 sustancias químicas diferentes detectadas entre todas las muestras. En la lista le siguen las lechugas, con 23, y las mandarinas, con 21.
En conjunto, el estudio detecta tres grupos de plaguicidas diferentes:
Después de cruzar los datos publicados por Pesticide Action Network Europe (PAN Europe) y, en una segunda valoración, con el listado de pesticidas detectados por el documento de trabajo de 2016 de la Comisión Europea, en total, se detectaron 58 disruptores hormonales, cifra que incrementa a 59 si a la lista se le añade el plaguicida no autorizado DDT, que no se encuentra entre los plaguicidas registrados de las listas anteriores.
Un disruptor endocrino es una sustancia química externa al cuerpo que tiene la capacidad de interferir con el sistema hormonal natural de un organismo. Entre los alimentos con más disruptores, se detectaron 19 en los tomates, 16 en las manzanas y naranjas, y 15 en las lechugas.
A pesar de que en el 99% de los casos los residuos no superaban los límites legales, los autores del estudio advierten que estos límites no consideran la acción de los disruptores hormonales a bajas dosis ni el efecto combinado de múltiples sustancias en una misma muestra. El estudio alerta sobre los efectos que este “cóctel de plaguicidas” puede tener en la salud y su potencial riesgo para la seguridad alimentaria.
El estudio concluye que España sigue apostando por un sistema alimentario muy dependiente de los pesticidas, con riesgos para la salud pública, los trabajadores y el medio ambiente. Recomienda a AESAN ampliar el número de muestras y la gama de plaguicidas analizados, incluyendo aquellos de uso común como el glifosato. Asimismo, se insta al Ministerio de Agricultura a promover una producción de alimentos saludables y libres de tóxicos.
Fuente: Ecologistas en acción, Hernández, K., & García, K. (2024). Directo a tus hormonas. Residuos de plaguicidas en los alimentos españoles (edición 2024). Consulta aquí el informe.
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