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Un destacado estudio llevado a cabo por un grupo de científicos de diversos centros de investigación en España ha explorado la conexión entre la exposición a pesticidas sintéticos y el momento de inicio de la pubertad en niños y niñas.
Este trabajo, financiado parcialmente por el Consorcio Español para la Investigación en Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), se centró en pesticidas no persistentes utilizados masivamente en la agricultura convencional.
Los pesticidas son sustancias tóxicas cuya forma principal de llegada al organismo de la población en general es a través de la dieta, especialmente mediante el consumo de frutas y verduras no ecológicas, en las que persisten sus residuos, que pueden alterar el equilibrio hormonal del organismo humano. Esta disrupción hormonal podría influir en el momento en que los niños y las niñas alcanzan la pubertad, con posibles implicaciones en su desarrollo emocional y óseo, en su salud reproductiva y en el aumento del riesgo de enfermedades como obesidad, diabetes tipo 2, problemas cardiovasculares y cáncer de mama.
España, conocida por su alto uso de pesticidas en la Unión Europea (más de 74.000 toneladas en 2019), fue el contexto de este estudio. La investigación utilizó datos de una cohorte de más de 1.500 niños y niñas de entre 7 y 11 años, participantes del proyecto Infancia y Medio Ambiente (INMA), para evaluar los efectos de la exposición a pesticidas.
Durante el estudio, se analizaron los niveles de metabolitos de pesticidas en la orina de los niños y las niñas —que sirven como indicadores de la exposición a pesticidas organofosforados, un tipo muy empleado en la agricultura convencional—, así como también metabolitos de pesticidas específicos, como el clorpirifós o el diazinon. También se midieron los insecticidas piretroides y los fungicidas.
Por otro lado, también se evaluaron los diferentes grados de desarrollo puberal, como el desarrollo de los senos en niñas, el desarrollo genital en niños y el crecimiento del vello púbico en ambos.
Los resultados mostraron una correlación significativa entre la presencia de metabolitos de pesticidas y un desarrollo puberal más avanzado en las niñas. La exposición a organofosforados y fungicidas se asoció, respectivamente, con un 86% y un 71% más de probabilidad. Además, los fungicidas también se vincularon con un desarrollo mamario precoz en niñas de peso normal o bajo, con una probabilidad aumentada en un 455%.
En niños de peso normal o bajo, la presencia de metabolitos de insecticidas como clorpirifós y fungicidas se asoció con un desarrollo genital temprano, con un 97% y un 189% más de probabilidad, respectivamente. Los piretroides mostraron una vinculación con el desarrollo genital temprano en niños con obesidad o sobrepeso, con un aumento del 108%.
Finalmente, este estudio científico expone que se debe considerar que, además de a los pesticidas, los niños y las niñas también pueden estar expuestos a otros tipos de sustancias disruptoras endocrinas, que se suman para contribuir a este tipo de efectos. Por eso, afirma que “el aumento de la exposición a las sustancias disruptoras endocrinas en las últimas décadas puede ser uno de los factores responsables de la tendencia constante hacia el inicio temprano de la pubertad en las niñas observada en los países occidentales y de un cambio descrito más recientemente hacia el inicio temprano de la pubertad masculina”.
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