En general, necesitamos entre 65 y 75 gramos de proteína al día para asegurar el correcto funcionamiento del organismo, aunque las necesidades deben adaptarse según el estilo de vida, el peso, la altura, el sexo y el estado de salud de la persona. Asegúrate de que consumes los gramos necesarios para el cuerpo. En Veritas, la encontrarás ecológica y de calidad.
¿Qué es la proteína?
Las proteínas son moléculas formadas por cadenas de aminoácidos que nuestro cuerpo utiliza para realizar múltiples funciones, como, por ejemplo, la contracción y relajación muscular, la reparación de tejidos o la síntesis de hormonas y enzimas. Por este motivo, es uno de los nutrientes principales a considerar para seguir una dieta equilibrada que favorezca una salud óptima.
¿Y tú que eres, PRO-proteína animal o vegetal?
En la dieta de los seres humanos podemos distinguir entre proteínas de origen vegetal y animal.
Las de origen animal se encuentran principalmente en:
Las de origen vegetal, en:
- Legumbres y derivados, como el tofu y el tempeh
- En menor cantidad, en semillas, frutos secos y cereales
Por lo general y costumbre, se suele comer más proteína animal que vegetal, aunque el consumo recomendado es que la ingesta se sea del 50% y 50%.
Proteína de origen animal ecológica
Los alimentos ecológicos ricos en proteína animal, como la carne y los huevos, proceden de ganaderías certificadas con un mayor estándar de bienestar animal. Los animales deben tener acceso libre a pasturas o a patios y su alimentación se completa con piensos y cereales ecológicos. Además, el tratamiento preventivo con antibióticos no está autorizado.
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Proteína vegetal ecológica
La producción de alimentos que aportan proteínas vegetales debe adecuarse a la normativa ecológica, por lo que los campos no pueden tratarse con fertilizantes ni pesticidas de síntesis química ni se pueden usar transgénicos. Además, en los alimentos preparados, como hamburguesas vegetales, tempeh, tofu o seitán, se controla estrictamente el uso de aditivos y el origen de sus ingredientes debe ser al menos de un 95% de origen ecológico.
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