
Atención al cliente
Horario: L-V:9h-20h S:9h-14h
(excepto festivos)
(+34) 930 346 443

Compra online

Veritas
A partir de cierta edad, comer bien no es solo una cuestión de salud: es una forma de seguir siendo independiente. En este contexto, la proteína se convierte en un nutriente esencial pero muchas veces olvidado en la alimentación de las personas mayores.
¿Sabías que a partir de los 60 años empezamos a perder masa muscular de forma natural? Esta pérdida se llama sarcopenia y tiene consecuencias directas: más riesgo de caídas, fracturas, fatiga, hospitalizaciones… pero también menor calidad de vida y autonomía.
La buena noticia es que la proteína es una de las mejores herramientas para frenarlo. Vamos a ver por qué y cómo incluirla correctamente en el día a día.

Aunque suene paradójico, a medida que envejecemos necesitamos más proteína por kilo de peso que una persona joven. ¿Por qué?
No basta con tomar un filete a la hora de comer. El cuerpo aprovecha mejor la proteína si se reparte a lo largo del día. Lo ideal es incluir una buena fuente de proteína en desayuno, comida y cena, e incluso en alguna merienda si el apetito lo permite.
Muchas personas mayores comen poca proteína sin saberlo, y no siempre por falta de conocimiento, sino por:
En algunos casos (fragilidad extrema, desnutrición, falta de apetito o recuperación tras enfermedad), pueden ser útiles suplementos proteicos orales. Pero no sustituyen una alimentación equilibrada, solo la complementan cuando es necesario y siempre bajo supervisión médica o del dietista-nutricionista.
Júlia Farré, dietista-nutricionista colegiada – @julia_farre_moya
Las enfermedades autoinmunes ocurren cuando el sistema inmunológico ataca por...
El equilibrio hormonal es clave para nuestro bienestar físico y...
La salud ósea no depende solo del calcio ni de...
Con la llegada del otoño, bajan las temperaturas, disminuyen las...