Marieta Fernández es catedrática de la Universidad de Granada e investigadora de la red CIBER Epidemología y Salud Pública (CIBERESP) y del Instituto de Investigación Biosanitaria (ibs. GRANADA).
Marieta Fernández
Llevas más de 20 años investigando el cáncer de mama. ¿Qué descubrimientos destacarías?
El cáncer de mama es una enfermedad fruto de muchos factores, pero
mi grupo de investigación ha ayudado a aclarar que muchos de esos factores de riesgo son factores prevenibles y evitables. Y también sabemos que cuando nos centramos en la exposición a compuestos químicos no se trata de la exposición a una sustancia química en concreto, sino que
el problema radica en la exposición combinada a muchísimos contaminantes a los largo de la vida.
¿Esos efectos tan a largo plazo no dificultan la realización de estudios definitivos?
En población humana es así, pero cuando hacemos estudios experimentales en animales la evidencia es total y absoluta. No obstante, la información que tenemos sobre población humana es lo bastante importante como para poder prácticamente asegurar que
un alto porcentaje del riesgo de enfermar por cáncer de mama es debido a la exposición a ciertos contaminantes ambientales.
¿Qué hacen estas sustancias?
El cáncer de mama es un cáncer hormonal que se produce por un exceso o una inadecuada exposición a hormonas.
Estos contaminantes ambientales actúan como disruptores endocrinos: se comportan como hormonas, pero sintéticas, imitando o bloqueando a las hormonas endógenas.
¿De qué sustancias estamos hablando?
De todo tipo: pesticidas, organoclorados (como el DDT), parabenos, benzonfenonas, filtros ultravioleta, pesticidas organofosforados… Nuestro cuerpo se ha ido encontrando con sustancias a las que no se había enfrentado nunca y tiene que adaptarse a esa situación; a veces lo consigue porque lo metaboliza rápidamente, pero a veces le cuesta más. No obstante, aunque se eliminen rápidamente (a través de la orina, por ejemplo) pueden también generar efectos adversos para la salud.
¿Podemos hacer algo para reducir la exposición y el impacto?
Un porcentaje alto del riesgo se puede prevenir porque sabemos dónde están los compuestos y las vías de exposición, y aunque no podemos dar una receta con exposición cero, sí dar pautas para reducir la exposición a las sustancias estudiadas.
¿Cosmética?
Lamentablemente hemos visto que
cremas, geles, desodorantes, etc. eran una vía de exposición importante. Lo más recomendable es comprar productos naturales sin química de síntesis, conservantes, colorantes, perfumes, etc.
El cáncer de mama es el más frecuente en las mujeres después del cáncer de piel y se estima que, en nuestro país, una de cada ocho mujeres está en riesgo de padecerlo. En Veritas hemos desarrollado productos de higiene personal naturales sin químicos de síntesis ni otras sustancias cuya seguridad es dudosa, según los últimos estudios sobre cáncer. Además, destinamos el 100% del beneficio de la venta del desodorante solidario Viridis a asociaciones locales que colaboran en la lucha contra el cáncer de mama.
¿Ropa?
El porcentaje de algodón en la ropa es cada vez más pequeño, casi todo es poliéster, es decir, plástico. Además, a los tejidos se les añaden múltiples sustancias de síntesis, como repelentes para no mancharse, sustancias para que la ropa no huela cuando uno suda, colorantes… Cuanto más natural mejor: algodón, lana. Y cuidado con la ropa para niños: mucha lleva retardantes de llama (flame retardant) para reducir la posibilidad de que ardan.
¿Comida?
Es la principal vía de exposición.
Hay que comer alimentos ecológicos, frescos, de proximidad y de temporada, y olvidarse de lo procesado y de alimentos que llegan de la otra parte del mundo. Y mantener un peso adecuado y menos grasa corporal, ya que muchas sustancias se bioacumulan en el tejido graso.
¿Utensilios de cocina?
Hay que renovarlos y
eliminar todo lo que sea plástico o antiadherentes perfluorados. Lo mejor: tuppers de cristal, envases de porcelana, etc.
Si la exposición es universal, ¿por qué hay personas que enferman y otras no?
No todos somos susceptibles del mismo modo y todavía no hemos podido determinar por qué unas personas desarrollan la enfermedad y otras no.
La susceptibilidad a estas sustancias puede estar relacionada con el momento en el que se produce la exposición. Es decir, si una madre se expone a determinados productos químicos cuando está embarazada, su bebé será mucho más vulnerable.
Adam Martín
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