Tanto en competición como en deporte de aficionados,
el ejercicio físico intenso genera una sobrecarga de radicales libres que se tiene que contrarrestar con una alimentación rica en antioxidantes.
Los radicales libres son moléculas inestables responsables de la oxidación de los tejidos, proceso que da lugar al envejecimiento o deterioro de los tejidos (como el muscular). Por su parte, el sistema inmunitario puede verse debilitado por un excesivo ejercicio físico (en diversas revisiones de estudios científicos se demostró que la aportación de unos 200 mg de vitamina C en deportistas, disminuye la incidencia de los resfriados).
Para protegernos del daño de los radicales libres, nuestro organismo produce una serie de antioxidantes, como la glutatión o la catalasa. Además, hay alimentos (las frutas y las verduras, por ejemplo) que contienen potentes antioxidantes que nos ayudan a luchar contra la acción de los radicales libres.
Una de las ventajas indudables de los antioxidantes es la prevención y la recuperación de lesiones. Los radicales libres juegan un papel importante en el proceso antinflamatorio. Una aportación adecuada de antioxidantes ayuda en la recuperación de los procesos postraumáticos, y son muy útiles en el alivio rápido de pequeñas lesiones.
Los antioxidantes en la dieta del deportista
Los alimentos ecológicos aportan más antioxidantes: en general, las verduras y las frutas son nuestras mejores aliadas, pero para asegurar una aportación de antioxidantes en la dieta del deportista se tienen que consumir de producción ecológica.
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