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Los fresones son más grandes, más rojos y de sabor más suave y menos ácido que las fresas. Destacan por su pulpa carnosa y perfecta para elaborar deliciosos platos dulces, aunque también pueden formar parte de recetas saladas.
Disfrútalos en batidos, licuados, tartas, salsas y ensaladas.
Encuéntralos en nuestras tiendas físicas y en la tienda online de Veritas.
Se acerca la primavera y los fresones son ideales para potenciar la alimentación cruda y refrescante propia de la estación. No hay mejor manera de empezar el día que desayunar un batido de fresones con apio y semillas de lino.
Unos fresones troceados darán un toque de excelencia a una ensalada de rúcula, brotes, berros, arándanos frescos, un poco de chucrut y unos chips de coco.
Aliña con zumo de mandarina diluido en shiro miso (blanco) y aceite de oliva virgen extra o de sésamo.
Finalmente, añade unas cucharadas de quinoa tricolor cocida al punto crujiente y espolvorea con semillas de cáñamo peladas y pipas de girasol y de calabaza activadas o ligeramente tostadas.
El fresón es capaz de equilibrar los sabores más ácidos, como el del tomate, los fermentados o el limón, pero también los más cálidos, como el de los pimientos; una cualidad que te permite elaborar salsas muy sabrosas y aromáticas.
Por ejemplo, haz una salsa de fresones con puré de umeboshi, tahín y sirope de arroz y condimenta con unas raíces asadas al horno: chirivías, zanahorias, cuñas de hinojo, dados de apio nabo… ¡El resultado te sorprenderá gratamente!
En repostería, esta fruta tiene infinitas posibilidades: desde hacer unas gominolas con zumo de uva, puré de fresones y agar-agar hasta preparar un delicioso sorbete congelado de fresones, amazake y plátanos.
Aunque, sin duda, la estrella es la cobertura roja y brillante de vinagres glaseados con vinagre de coco, sirope de agave y una pieza de sal marina y pimienta.