Las semillas ecológicas aportan sabor y textura a muchísimas recetas, a la vez que las enriquecen gracias a sus propiedades antioxidantes y revitalizantes, fruto de los muchos nutrientes que atesoran.
Sabrosas, crujientes y oleaginosas, pueden añadirse a casi todos los platos y una pequeña cantidad es suficiente para beneficiarte de sus cualidades. Entre muchos otros nutrientes, proporcionan ácidos grasos omega-3, 6 y 9, minerales, vitaminas del grupo B y E, fibra y lecitina.
Enriquece tu dieta con semillas ecológicas
Contiene un 20% de proteínas de alto valor biológico, que son un excelente
regulador del sistema nervioso, y la mitad de su peso está constituido por ácidos grasos que fluidifican la sangre y
reducen el colesterol nocivo. Asimismo, es una gran
fuente de calcio: aporta nada menos que 883 mg por cada 100 g, que además es de excelente absorción, ya que se acompaña de fósforo y magnesio. Y gracias a su contenido en hierro (14,4 mg) y proteínas resulta un alimento muy energético y mineralizador.
En la cocina: es un ingrediente habitual de panes y repostería y también se puede tomar con yogur o compota y añadir a
ensaladas, mueslis o salsas. Ten en cuenta que si estas semillas atraviesan el tracto digestivo intactas se desaprovechan, por lo que es aconsejable molerlas o masticarlas bien.
Ensalada de alubias con melocotón y pesto de remolacha
Es extraordinariamente
rico en fibra y ácidos grasos omega-3, que destacan por incrementar los niveles de colesterol HDL (el bueno). En cuanto a su sabor, es neutro y cuando se mastica tiene una consistencias mucilaginosa que actúa como lubricante intestinal.
En la cocina: para aprovechar sus efectos laxantes deja un puñado de semillas en remojo durante toda la noche, junto con dos ciruelas pasas, y tómalas por la mañana con un zumo de fruta o un yogur, por ejemplo. La chef Mireia Anglada te explica la
técnica de cocina.
Lino – Técnicas de cocina
Destaca por su elevado porcentaje en
proteínas y ácidos grasos insaturados. Aunque proviene de la planta Canabis sativa, se trata de una variedad destinada al uso alimentario cuyo contenido en tetrahidrocannabinol (un cannabinoide de efecto psicoactivo) es prácticamente nulo.
En la cocina: puedes consumir las semillas de cáñamo enteras (añadiéndolas a galletas o panes), trituradas (como condimento para ensaladas o sopas) o molidas en forma de harina (para hacer masas de pizza, pasteles o hamburguesas vegetales).
Crema verde de verano
Poseen un 27% de proteínas, vitaminas B1 y E (necesarias para el buen estado del
sistema nervioso y la piel) y ácidos grasos omega-6, que ayudan a controlar los niveles de colesterol.
En la cocina: si las tomas regularmente elígelas crudas y sin tostar para asegurar que mantienen intactas sus propiedades. Igualmente, las puedes tostar un poco en una sartén y añadir unas gotas de salsa de soja al final para que queden ligeramente saldas.
Granola chai
La mezcla perfecta
Una de las formas más sencillas y sabrosas de incorporar semillas ecológicas a la dieta es
elegir mezclas ya molidas y envasadas. Las semillas se muelen en frío con el objetivo de proteger sus ácidos esenciales y facilitar la absorción de sus nutrientes por el organismo.
- Lino y girasol: esta mezcla es rica en vitamina E y selenio, dos antioxidantes que protegen las células del estrés oxidativo, y también en zinc, un oligoelemento muy beneficioso para el cabello, la piel y las uñas.
- Lino marrón, trigo sarraceno, frambuesas, arándanos y fresas: una propuesta apta para dietas veganas y sin gluten, con un elevado nivel de fibra, omega-3, hierro y magnesio.