Descubre el
pan de centeno; de corteza oscura y miga densa, se caracteriza por un sabor intenso y ligeramente ácido.
El pan de centeno es un verdadero aliado de la salud que además es un auténtico tesoro en la cocina: se conserva fresco diversos días y combina perfectamente con cualquier alimento.

El centeno es un cereal reconocido por sus múltiples beneficios sobre el organismo. No obstante, es bastante duro y, aunque se puede hervir como si fuese arroz, prácticamente solo se consume en forma de pan. Un tipo de pan delicioso, muy popular en Alemania, que les encanta a nuestros clientes por su textura compacta y paladar potente. Resulta estupendo para acompañar cualquier comida y preparar canapés variados.
Su composición es diferente a la del trigo; tiene menos cantidad de gluten, es más firme y menos esponjoso. Respecto a su sabor, la harina es ligeramente más amarga, pero mucho más sabrosa.
En nuestro obrador, mezclamos centeno con una proporción de trigo para darle un toque de elasticidad, y seguimos una receta tan simple como saludable: harina de trigo y centeno (cereales ecológicos molidos en un molino de piedra), agua, sal y levadura madre. A partir de aquí, la fermentación -que se alarga durante horas- hace que las sustancias que componen la masa se transformen en compuestos más nutritivos y simples. Gracias a este proceso se obtiene un producto que se asimila mejor.
Propiedades del pan de centeno
Extraordinariamente
rico en fibra, vitaminas y minerales como magnesio, zinc y fósforo, estamos ante un cereal muy nutritivo que ayuda a regular el metabolismo.
- Proporciona energía y buen humor: muchas veces la falta de vitalidad y el mal humor se relacionan con una pobre ingesta de vitaminas del grupo B. Una excelente manera de compensar este déficit consiste en tomar diversas rebanadas diarias de pan de centeno. 100 gramos cubren el 40% de las necesidades diarias de B1 y una cuarta parte de las de B3.
- Ayuda a mantener la silueta: contiene grandes cantidades de fibra y carbohidratos gelificantes. Por eso se suele prescribir en algunas dietas de adelgazamiento, ya que provoca más sensación de saciedad que otros panes. No obstante, su contenido calórico no es menor al del pan común.
- Regula el tránsito intestinal: una de sus principales características es que tiene menos proteínas y grasas que el pan de trigo y, a la su vez, aporta más cantidad de fibra. A causa de esta riqueza está precisamente recomendado para combatir el estreñimiento, por el hecho de que estimula el sistema digestivo.
- Equilibra la diabetes y el colesterol: su consumo se aconseja a los diabéticos (reduce la absorción de azúcares simples) y a las personas que tienen el colesterol alto, porque la fibra arrastra la parte de colesterol.
- Activa el sistema circulatorio: favorece la circulación de la sangre y proporciona elasticidad a los vasos sanguíneos, dos propiedades para tenerlo en cuenta en casos de hipertensión arterial y arteriosclerosis.