Atención al cliente
De lunes a viernes de 9 a 20 h y sábados de 9 a 14 h (excepto festivos).
Es natural que nos preocupemos por nuestros amigos peludos cuando el tiempo se vuelve oscuro y frío. De hecho, muchos de nosotros le tenemos respeto a la llegada de los días cortos y temperaturas bajas, pero ¿qué efecto tiene en nuestros amigos de cuatro patas? Con esta práctica guía te damos todos los consejos que necesitas para disfrutar de cada minuto con tu perro este invierno.
Siempre que puedas, te recomendamos que saques a pasear a tu perro a la luz del día, ya que suele ser una opción más segura. Aunque sabemos que no siempre es viable, sobre todo en invierno, cuando los días cada vez se acortan más y hay menos horas de luz.
Por ello te recomendamos que uses chalecos reflectantes, uno para ti y otro para tu amigo peludo, para facilitar vuestra visibilidad a los conductores. Otra opción son collares LED brillantes, que llaman la atención sobre tu perro.
Del mismo modo, es importante que puedas ver el camino y estar atento a cualquier peligro. Muchos propietarios llevan linternas en la cabeza o en el cinturón para iluminar el camino. Así es mucho más fácil vigilar lo que hace tu perro, y es aún más útil cuando tienes que recoger las cacas.
Para mantener vigilado a tu perro y saber dónde está, te sugerimos que lo lleves con la correa, especialmente si lo paseas con nieve o hielo.
Los perros pueden perderse fácilmente en la nieve, porque todo les parece igual. Incluso si están en un lugar conocido, los entornos más fríos tienen menos olores que los más cálidos, por lo que puede ser más difícil para tu perro detectar olores familiares.
Además de prevenir que se pierda, también evitarás que tu perro pase por encima de la fina agua congelada, un peligro en esta temporada de bajas de temperaturas.
Siempre que sea posible, es mejor opción caminar durante el día y no enfrentarse a las frías temperaturas a primera hora de la mañana o última hora de la noche.
Aunque, independientemente del momento en que salgas, los cachorros y los perros mayores se benefician realmente de una capa extra de ropa en invierno. Pueden ser un poco más sensibles a las condiciones meteorológicas extremas, porque a veces tienen dificultades para regular su temperatura corporal. Y si tu perro no tiene un pelaje grueso y mullido, es muy importante abrigarlo bien.
Hay un montón de abrigos disponibles en internet para perros de todas las formas y tamaños: impermeables, acolchados, afelpados… Puedes aprovechar por cogerle uno fluorescente que brille en la oscuridad para que, además de ir abrigado, le aporte una mayor visibilidad.
Es importante cuidar las patas de tu perro durante todo el año. Y si tu perro tiene pelo largo entre los dedos, debes de mantener su limpieza habitualmente.
Cuando el tiempo es gélido y se echa sal a las aceras, esta sal se puede quedar pegada a las patas de tu perro. Intenta recortar los pelos para que estén a la altura de las almohadillas de las patas para que sea más fácil mantenerlas limpias de granos de arena y sal.
Si tu perro no tiene pelos largos en las patas, igualmente te recomendamos que las enjuagues con agua templada cuando vuelvas de un paseo invernal.
Para una limpieza más profunda, podemos hacer uso de espráis antibacterianos especiales para perros, para evitar la proliferación de bacterias, y también crema hidratante para mascotas, para evitar grietas en las almohadillas. Pero si el dolor de las patas o la suciedad se convierten en un problema recurrente, puedes pensar en comprar unas botas especiales para tu perro.
A muchos perros les encanta jugar en la nieve, pero hay que tener en cuenta algunas cosas cuando se pasea con el cachorro en estas condiciones. Aunque no es un gran problema si tu perro come algo de nieve, es mejor disuadirlo para que no lo haga. Ingerir demasiada nieve puede provocarle diarrea y reducir su temperatura corporal.
La gran preocupación con la nieve y el hielo es la sal y el anticongelante. Esta sal no es buena ni para las patas del perro ni si la ingiere: le puede causar deshidratación, vómitos y, en casos más graves, problemas de circulación sanguínea.
El anticongelante es aún más preocupante. Si un perro pequeño se come una cucharadita de anticongelante, puede causarle insuficiencia renal o problemas hepáticos. Es una idea que asusta y un elemento adicional con el que hay que tener cuidado cuando bajan las temperaturas.
Ahora ya tienes todos los consejos y herramientas que necesitas para afrontar los meses más fríos con seguridad. Solo te queda relajarte y disfrutar de la época más maravillosa del año con tu perro.
Texto: Edgard Cooper.
¿Quieres aprender más sobre perros? No te pierdas nuestros consejos.
¿Tu perro tiene tos seca y constante? Es muy posible...
Luces, cámara, ¡guaucción! Las luces brillan, hemos sacado las mantas...
Irte de vacaciones por tu país o al extranjero es...
Sabemos que le quieres dar a tu perro la mejor...