Vitamina C: el antioxidante esencial que tu cuerpo necesita cada día
La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es una vitamina hidrosoluble imprescindible para el buen funcionamiento del organismo. Como el cuerpo no puede producirla por sí mismo, debemos obtenerla a través de la alimentación o, cuando es necesario, mediante complementos alimenticios de calidad. Su naturaleza soluble en agua y su amplio margen de seguridad la convierten en uno de los nutrientes más versátiles y confiables para ayudar a reforzar tu salud.
La principal cualidad de la vitamina C es su poder antioxidante, que protege a nuestras células de los efectos nocivos de los radicales libres, unas moléculas que se generan al producirse cambios químicos en las células, como la descomposición de alimentos o la exposición a los rayos solares, al humo del tabaco o a la contaminación.
Además de su poder antioxidante, la vitamina C también ayuda en muchas otras funciones de nuestro organismo. Las más destacadas son:
1. Es indispensable para la formación de colágeno
El colágeno es la proteína más abundante del cuerpo y la base del tejido conectivo. La vitamina C es esencial para su producción, lo que contribuye al mantenimiento normal de huesos, cartílagos, encías, dientes y piel. Un auténtico aliado antiaging.
2. Contribuye a un sistema inmunitario fuerte y eficiente
Contribuye al metabolismo normal del sistema inmunitario. En las células del sistema inmune, la vitamina C se encuentra en elevadas concentraciones, por eso se considera un inmunonutriente. Ayuda a mantener las defensas preparadas durante todo el año, aportando un extra para momentos de mayor exigencia o para ayudar con los primeros síntomas de los procesos invernales. Lo refuerza y hace que sea eficiente, siendo fundamental para la salud del cuerpo, ya que es el que nos protege frente a infecciones y enfermedades.
3. Ofrece protección extra durante y después del ejercicio intenso
Aunque las cantidades diarias establecidas son 80 mg/día, tomar 200 mg/día o más contribuye al correcto funcionamiento del sistema inmunitario tras entrenamientos exigentes. Si practicas deporte en invierno o al aire libre, un buen nivel de vitamina C es clave para evitar las molestias típicas de la temporada.
4. Apoya al sistema nervioso y a la comunicación entre neuronas
La vitamina C contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso porque facilita la síntesis de moléculas, como los neurotransmisores, que participan en la comunicación entre neuronas.
5. Mejora la absorción del hierro
Es un complemento ideal para quienes necesitan optimizar sus niveles de hierro, ya que facilita su utilización en el organismo.
¿Cómo obtener suficiente vitamina C?
Una dieta variada puede proporcionar buenas cantidades: cítricos, kiwi, papaya, brócoli, coles de Bruselas, tomate o espinacas, entre otros.
En etapas de mayor demanda, los complementos alimenticios pueden ser un excelente apoyo. Existen diferentes formatos:
500 mg masticables, prácticos y fáciles de tomar.
1 g de liberación sostenida, que libera pequeñas dosis de forma gradual.
Formas liposomadas, ideales para una cobertura más prolongada.
Formato en polvo, para quienes tienen dificultad para tragar comprimidos.
La elección dependerá de la dosis necesaria, del tiempo de acción deseado y de si buscas un apoyo puntual o un acompañamiento nutricional durante varios meses. Sea cual sea tu elección, los beneficios de la vitamina C se harán notar.
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