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Los higos, dulces y carnosos, son la fruta por excelencia de septiembre. Solos son un irresistible manjar, aunque también pueden ser los protagonistas de muchas de tus recetas. Por otro lado, los calabacines son una verdura ideal para darle a tus platos un toque verde. Dos alimentos de temporada que no pueden faltar en tu lista de la compra este mes.
En nuestras tiendas encontrarás higos negros ecológicos procedentes de la finca de Cal Pineda, en Alguaire (Lleida). Además, este proveedor cuenta con la certificación Demeter, que verifica que los productos se han cultivado bajo condiciones de agricultura biodinámica.
Los higos negros de origen ecológico están libres de posibles restos de pesticidas y fertilizantes de síntesis química y su cultivo utiliza prácticas que fomentan el mantenimiento de la biodiversidad.2 Además, como los pesticidas se acumulan principalmente en la piel de las frutas y las verduras, si los eliges ecológicos los podrás disfrutar sin preocupaciones, aunque te los comas con piel.
El higo es una fruta que, aunque se recomienda consumir cruda, también es ideal caramelizada en el horno o en la sartén para combinarla con platos templados o como acompañamiento de carnes.
Fuentes:
1Guía de alimentos y bebidas. Fundación Española de la Nutrición.
2Raigón Jiménez, M.ª Dolores (2020). Manual de la nutrición ecológica. De la molécula al plato. (pp. 417-454). Valencia, Sociedad Española de Agricultura Ecológica.
En nuestras tiendas encontrarás calabacines procedentes de cultivo ecológico, ya sea a granel o en lotes de dos unidades, siempre de origen nacional, según la disponibilidad de nuestros proveedores.
Los calabacines de origen ecológico están libres de posibles restos de pesticidas y fertilizantes de síntesis química. Además, las prácticas llevadas a cabo en su producción favorecen el mantenimiento de la biodiversidad. De forma general, las hortalizas ecológicas presentan menor cantidad de agua y mayor de materia seca, lo que se traduce en más sabor.
El calabacín suele consumirse cocinado, ya sea en salteados, cremas de verduras u otros. Una forma diferente de comerlo es crudo en ensaladas, carpaccio o como crudité, aportando un extra de textura y frescura a cualquier plato. Es ideal con burrata, parmesano rallado o hummus.
Fuentes:
1Guía de alimentos y bebidas. Fundación Española de la Nutrición.
2Raigón Jiménez, M.ª Dolores (2020). Manual de la nutrición ecológica. De la molécula al plato. (pp. 481-552). Valencia, Sociedad Española de Agricultura Ecológica.
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