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¿Influye la microbiota intestinal en tus hormonas?

Es posible que nunca se te haya ocurrido relacionar la microbiota intestinal con el sistema hormonal, pero lo cierto es que una flora en buen estado resulta un factor clave para el equilibrio del metabolismo de las hormonas.

¿Sabías que la microbiota intestinal nos acompaña desde el desarrollo embrionario en el útero de la madre?

Pues sí, está con nosotros desde el principio de la vida fetal, y el conocimiento de este hecho es muy novedoso, ya que anteriormente se creía que el útero femenino era estéril y que las únicas bacterias que existían en el aparato reproductor se encontraban en la vagina. Actualmente, se han identificado poblaciones microbianas en la placenta, en el líquido amniótico y hasta en el cordón umbilical. Por ello, la nueva hipótesis que ahora se baraja es que las bacterias quizás nos acompañan desde nuestros inicios.

Niveles adecuados de estrógenos

La microbiota no afecta únicamente al aparato digestivo –por ejemplo, regulando el tránsito o evitando la diarrea o el estreñimiento–, también juega un papel esencial en la salud hormonal: concretamente, en la eliminación del exceso de estrógenos –y otras hormonas– o en la recaptación de aquellos, por si el organismo necesita volver a ponerlos en funcionamiento. De ahí que una buena salud intestinal sea tan importante a nivel digestivo como hormonal porque no hay que olvidar que el intestino es el último lugar del cuerpo, donde se decide qué es lo que se queda y qué es lo que se va.

Incluye probióticos en tu dieta

Es de sobra conocida la función trascendental de los probióticos en el cuidado de la microbiota y por esa razón hay que tomarlos a diario. Hay muchas opciones naturales, solo tienes que elegir tus favoritas:

  • Kéfir. Se consigue por fermentación de la leche gracias a la acción de un hongo.
  • Kéfir de agua. Es una bebida fermentada a base de bacterias y levaduras.
  • Kombucha. De sabor peculiar y refrescante, se elabora gracias a la acción de una colonia específica de bacterias y levaduras llamada SCOBY.
  • Chucrut. Se llama así a la col blanca o repollo fermentado.
  • Kimchi. Es el resultado de la fermentación del repollo chino, al que se puede añadir pepino, ajo, cebolla, guindilla o especias.
  • Miso. Ingrediente esencial de la gastronomía japonesa y poseedor de una versatilidad sorprendente en la cocina, el miso es fruto de la fermentación de la soja.
  • Tempeh. Muy rico en proteínas, se obtiene de la fermentación controlada de las vainas de soja.

Texto de Marta León, experta en alimentación y salud femenina.

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