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Durante la primavera, la naturaleza nos ofrece verduras y hortalizas que, gracias a su riqueza en antioxidantes y vitaminas, estimulan las funciones de desintoxicación del organismo, llevadas a cabo por el hígado y la vesícula biliar.
A medida que el invierno encara la recta final y va llegando la nueva estación, el metabolismo se reactiva y se aceleran los procesos vitales, aumentando las funciones de desintoxicación y limpieza del organismo.
El cuerpo se moviliza para adaptarse a los cambios de temperatura y estilo de vida y, por tanto, se favorecen los procesos de depuración y eliminación de los excesos acumulados durante el invierno, una tarea a cargo del hígado y la vesícula biliar.
Durante dicho proceso de adaptación puedes notar una sensación de fatiga y debilidad generalizada que suele diagnosticarse como astenia primaveral. Si la padeces, además de nutrirte mejor, es importante pasar tiempo al aire libre y practicar ejercicio físico.
Es hora de despedirse de los cítricos de invierno (naranjas, mandarinas, limones y pomelos), a la vez que das la bienvenida a las fresas, una gran fuente de vitamina C y antioxidantes.
A mediados de abril podrás disfrutar de los nísperos, que destacan por su elevado contenido en potasio y provitamina A -indispensable para la salud ocular y dérmica-, además de ser un buen regulador intestinal.
Entre mayo y junio, aparecen los albaricoques, seguidos de las nectarinas -que también aportan potasio y vitamina A-, los melocotones, las cerezas y, finalmente, los arándanos, una fruta que ayuda a prevenir las infecciones urinarias.
Igualmente, la primavera es época de habas y guisantes, dos legumbres frescas muy ricas en fibra, que ayudan a iniciar el proceso de reactivación y depuración del cuerpo.
Al mismo tiempo, llegan los espárragos silvestres, cuyo efecto prebiótico y diurético es extraordinario.
Aunque hay cebollas y zanahorias todo el año, la primavera es su temporada. Añádelas frescas a tus ensaladas, junto con las nuevas variedades de lechugas y rábanos.
Asimismo, la primavera es un buen momento para aumentar el consumo de otros alimentos depurativos, que favorezcan las funciones del hígado y la vesícula biliar: fermentados (miso, ciruelas umeboshi, pickles, té kombucha, kéfir), verduras crucíferas, vegetales amargos y té verde.
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